En el corto trayecto en tren desde la Spezia a Cinque Terre nos vamos “poniendo en situación” para saber un poco de esta famosa zona italiana y que nos vamos a encontrar.

Con la caída del Imperio Romano, la península Italiana se volvió un territorio muy inestable con multitud de invasores y guerras internas. La zona de Cinque Terre aislada del resto del territorio por una cadena de montañas escarpadas y una costa abrupta con pequeñas ensenadas que no permitían puertos de calado suficiente para facilitar el ataque de los piratas o invasores por mar, era un lugar perfecto para aislarse de toda la inestabilidad de las regiones vecinas. Así surgieron poco a poco núcleos poblacionales en esta agreste zona, resultando 5 villas costeras (Monterrosso, Vernazza, Corniglia, Manarola y Riomaggiore): «cinco tierras» que cuelgan vertiginosamente de un acantilado sobre el mar. Patrimonio de la Humanidad desde 1997.

Hasta entrado el siglo XIX, Cinque Terre estaba aislado casi herméticamente del resto del mundo. En esta tierra difícil de domar y de cultivar, sus pobladores establecieron un elaborado sistema de autoabastecimiento, fundamental para la supervivencia, basado en la pesca y la agricultura, que diseñó el típico paisaje de franjas de cultivo en terrazas.

A pesar de la dificultad del terreno, la agricultura llegó a ser la actividad principal en la zona y el cultivo milenario de la vid fue el más importante, algunas áreas más limitadas se dedicaron a olivos y cítricos y solo las pequeñas porciones de terreno más próximas a las viviendas se reservaron a producciones hortícolas. Las tierras más altas estaban cubiertas por bosques que proporcionaban frutos, madera y hojas para fertilizar los viñedos.

Desde el S.XIX estos humildes pueblos de dos caras, por un lado aldea de pescadores volcada al mar y por el otro, aldea de campesinos mirando a la montaña, ya no viven aislados. En1874 se inauguró el ferrocarril y cambio radicalmente la forma de vida de sus habitantes que encontraron otras mejores oportunidades de trabajo en La Spezia o Génova. La construcción de la carretera que enlaza los pueblos de Cinque Terre, en el año 1965 fue otro gran avance para la movilidad y la intercomunicación.
La vinicultura, que prácticamente no cambió en sus técnicas de cultivo con pocos recursos más de los que utilizaban en la antigua Grecia, extendiéndose por las terrazas empinadas sobre el mar, quedó mayoritariamente al cargo de las mujeres y de los vinicultores aficionados. Este sistema de cultivo no pudo resistir el impacto del desarrollo de un sistema industrial dominante en las localidades cercanas de la costa de Liguria. El hecho de que en el territorio de las Cinque Terre por su conformación geomorfológica solo permite áreas de cultivo muy estrechas que impide una mecanización eficaz, contribuye a desalentar la inversión de recursos en el cultivo de la tierra, decretando así el declive de la producción vitivinícola, con la consiguiente degradación y daño ambiental.

Todo cambió desde que la línea de ferrocarril Génova-Florencia pasa por debajo de los 5 pueblos que apenas están a 10 minutos de La Spezia. Los trenes llegan cada hora cargados de turistas que invaden las empinadas callejuelas, llenas de tiendas de souvenirs de todo tipo y, pretendiendo mantener el antiguo carácter de región agrícola, también son muchos los puntos de venta que ofrecen vino de la zona como el Sciacchetrà (vino dulce), mermeladas y limones, aunque la realidad es que la base de la economía actual es el turismo y las antiguas casas del pueblo se han transformado en su mayoría en apartamentos de alquiler, hoteles, bares y restaurantes, como ha ocurrido en otros muchos lugares del mundo.
En Riomaggiore, Vernazza o Monterosso las laderas de los montes en las que en la antigüedad se cultivaba, se ven abandonadas, son pocas las zonas donde aún se ven los viñedos que dieron afamados vinos. Es Manarola la que más viñas conserva.

En los últimos años, con la creación del Parque Nacional y su inclusión en las listas del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, se está intentando recuperar la sensibilidad por este paisaje cultural en peligro de desaparición. También la cooperativa de vinicultores, fundada en 1982, fue un impulso positivo. Actualmente aunque una veintena de bodegas vuelven a embotellar vino propio, la supervivencia de Cinque Terre como región vinícola no está garantizada y se suman más esfuerzos en su promoción, ofreciendo opciones de enoturismo.

Aunque las ancestrales formas de sustento han ido desapareciendo y se ha perdido buena parte del paisaje de extensas viñas escalonadas, la fisionomía de las antiguas y humildes villas marineras persiste con casas antiguas de fachadas decadentes y descascarilladas a pesar del alegre colorido de muchas de ellas, las ventanas y los tendederos llenos de ropa, embarcaciones ancladas en los pequeños puertos, cuya finalidad raramente es la pesca sino el paseo de turistas que recorren cada uno de los pueblos. A pesar de todo ello, un agradable ambiente que nos transporta a otra época, es lo que vamos a descubrir en nuestra breve, pero suficiente estancia en CINQUE TERRE.

Decidimos que haremos la ruta de los cinco pueblos visitando primero el más cercano: RIOMAGGIORE, en un intento por no coincidir con la multitud de gente, que es lo más habitual en Cinque Terre en pleno verano.
En la mayoría de excursiones turísticas, RIOMAGGIORE suele ser el último pueblo en visitarse, yendo en tren directo al más lejano: Monterosso, para poco a poco ir regresando al inicio.
Nosotros lo hacemos al revés: 8:30h de la mañana estamos en RIOMAGGIORE.

RIOMAGGIORE, el pueblo más cercano a La Spezia está a tan solo unos cinco minutos de tren.
Todo un placer en esta esplendida mañana ver despertar el pueblo, abrir las tiendas y animarse las pintorescas calles poco a poco, sin demasiados turistas y además, evitamos el riesgo de que en el trayecto de descenso desde Monterosso, por exceso de pasajeros, el tren no haga paradas para impedir que suba más gente y se puede quedar uno sin poder visitar el resto de pueblos del Parque Nacional (situaciones negativas relatadas en otros blogs que pretendemos evitar).
Así que RIOMAGGIORE será nuestra primera toma de contacto con CINQUE TERRE.

RIOMAGGIORE es junto a Monterosso el más grande de los pueblos de Cinque Terre. Su nombre hace alusión al torrente Rivus Maior (actualmente cubierto para controlar su caudal), que llevaba gran cantidad de agua desde la montaña hasta desembocar en las proximidades del puerto del pueblo.

La estación de tren está separada del pueblo por la “colina del castillo”
Hay un ascensor para subir a la parte alta, hacia Vía Telemaco Signorini, pero está cerrado por obras.



Entramos por el sorprendente túnel que atravesando la colina, nos conduce desde la estación del tren hasta el centro del pueblo.

Decorado con mosaicos de colores representando el mar.

Nada más salir del túnel llegamos a Piazza del Vignaiolo


Piazza del Vignaiolo (plaza del enólogo):Homenaje a esta antigua zona vinícola y a sus gentes que hicieron posible una tierra fértil de afamados vinos.

Desde aquí visitaremos los siguientes lugares:

1. El Castillo de Riomaggiore o “Castellazzo di Cerricó” en lo más alto del pueblo.
2. La Iglesia de San Juan Bautista, también en la parte alta del pueblo.
3. Recorremos el pueblo desde el mar a la montaña y paseamos por las calles más típicas como Vía Colombo.
4.- La marina de Riomaggiorecon el pequeño puerto y malecón desde el cual se pueden ver las características casas de colores del pueblo como en las más típicas postales turísticas.



Las imágenes más típicas del pueblo son las del pintoresco puerto.










En la calle Cristoforo Colombo encontramos la iglesia de la Confraternita dell’Assunta (XV-XVI) también conocida como Oratorio de Nuestra Señora de la Asunción u Oratorio de los Disciplinados.





La Iglesia de San Juan Bautista, es la principal iglesia de Riomaggiore, ubicada en la parte alta del pueblo, fue construida en el 1340. En su interior destaca un púlpito de mármol del XVII y un crucifijo de madera de Antón María Maragliano (1664-1739), uno de los máximos exponentes de la escultura barroca genovesa


Desde la plaza de la Iglesia se puede contemplar el pueblo a sus pies



Seguimos ruta hasta el cercano Ayuntamiento









En lo alto de la colina conocida como Cerricó se levanta el castillo de Riomaggiore, llamado también “Castellazzo di Cerricó”.

Sus orígenes se remontan a la figura del marqués Turcotti que impulsó su construcción en 1260 como bastión defensivo de esta parte de la costa de Liguria.

Esta antigua fortificación tiene una base cuadrilátera rodeada de dos murallas con dos torres circulares, destacando la Torre del Reloj. En la actualidad, se dedica a eventos didácticos y culturales.


Desde aquí se tienen unas magníficas vistas





Al lado del castillo, está el Oratorio de San Rocco, en la colina de Cerricò, construido en 1480 después de que una plaga azotara a la población. Una imagen del Santo destaca en el pórtico de entrada y en el interior un tríptico que representa a la Virgen con el Niño y los Santos.


Emprendemos el camino de vuelta….

Ingeniosamente a alguien se le ocurrió popularizar para el turismo un magnifico sendero, por la ladera sobre el mar que conecta Riomaggiore con Manarola con una longitud de poco más de un kilómetro y bautizarlo como “vía dell´Amore”, la espectacularidad del paisaje sin ninguna duda inspira sentimientos de amor.


La via dell’Amore o El Camino del Amor es una de las cuatro secciones del Sentiero Azzurro o «el Camino Azul» que con aproximadamente 12 kilómetros de longitud permitía antiguamente a los habitantes locales, llegar a pie a uno u otro de los cinco pueblos Cinque Terre.
La ruta de senderismo más popular del Parque Nacional de Cinque Terre, requiere una tarifa de pago.
Debido a la naturaleza inestable del terreno son frecuentes los deslizamientos de tierra lo que provoca cierres periódicos de tramos y caminos completos.

En un lugar como este no podían faltar los «candados del amor» tan de moda en los lugares más especiales del mundo entero y que tantas veces hemos encontrado en nuestros viajes.

El nombre del sendero parece ser que se inspiró en el hecho de que desde antaño proporcionaba un hermoso lugar de encuentro fácil y privado para los jóvenes enamorados que vivían en los dos pequeños y aislados pueblos (Riomggiore y Manarola) de la ladera de la montaña.

El sendero es una de las atracciones turísticas más importantes de la zona pero lamentablemente, tuvo que ser cerrado por desmoronamiento de tramos con desprendimientos de rocas que hirieran a cuatro turistas el 24 de septiembre de 2012 y actualmente solo están operativos 200 metros del trazado reabiertos en abril de 2015, con una fecha orientativa de nueva inauguración completa para la primavera de 2023. En su estado actual, el sendero requiere un importante trabajo de ingeniería con un coste estimado en más de 12 millones de euros (una pena que no se agilicen no solo estas obras, si no el correcto mantenimiento y cuidado de los cinco pueblos, pues el turismo que les deja millones de euros cada año se lo merece).






Esperamos el próximo tren


¡¡¡ Vamos !!!
