Después de la fantástica jornada de travesía de ayer por Prince Christian Sound, hoy despertamos “sin madrugones” con el ms Rotterdam anclado en la bahía de Qaqortoq.
Por fin pisaremos tierra de Groenladia, será la primera escala en estos lejanos confines del mundo.
Cada nuevo puerto nos proporciona un agradable estado de emoción y fantásticas ganas de conocer todo lo que podamos de estos pedacitos de mundo tan remotos.
Desde la ventana de nuestro camarote vemos las pintorescas casas y ya mucha animación de tenders hacia el muelle.
Con una superficie total de 18,97 km2 estamos en la localidad más grande del sur de Groenlandia, aunque cuenta con poco más de tres mil habitantes. Sus pintorescas y coloridas casas que ascienden por las colinas que forman parte del fiordo de Qaqortoq y el magnífico paisaje desde sus cumbres son sus atractivos, a los que no podremos resistirnos.
Un buen desayuno para cargar pilas y en marcha, en rápidos tenders en unos minutos llegamos al pueblo.
(TENDERS: cuando los puertos tienen aguas poco profundas o el acceso es demasiado estrecho, o bien los buques son demasiado grandes para poder entrar en el puerto, entonces tienen que fondear fuera del muelle habitual de atraque. Es cuando se utilizan las lanchas o botes salvavidas para llevar a los cruceristas a tierra, este proceso es comúnmente llamado a bordo “tendering y las lanchas Tenders”).
Acomodados en el tender, disfrutamos de las vistas del pueblo desde el mar mientras nos vamos acercando y vemos el continuo ir y venir de las lanchas que vuelven a por más pasajeros, un intenso «tendering» que da una inusual «alegría» a este pequeño puerto.
Llegamos al muelle, ya estamos en la ciudad llamada, en groenlandés Qaqortoq «blanco» y en danés Julianehåb.
La ciudad actual fue fundada en 1774 por el comerciante danés-noruego Anders Olsen de la Det Almindelige Handelskompagni (Compañía de Comercio General) y se le puso el nombre de Julianehåb en honor a Juliana Maria de Brunswick-Wolfenbüttel, reina consorte de Dinamarca y Noruega por su matrimonio en 1752 con con el rey Federico V de Dinamarca.
Qaqortoq, significa en groenlandés “blanco”aunque, como todos los pueblos de Groenlandia, destaca el colorido de sus casas fácilmente visibles desde el mar.
Los más antiguos pobladores inuit, resistieron las duras condiciones de la naturaleza que cubría de blanco el territorio casi permanentemente, viviendo en iglús o en chozas de turbo y piedra. Con la llegada de los daneses sobre 1721, el aspecto de los pueblos fue cambiando y ante la falta de bosques en Groenlandia que permitiera la construcción, se empezaron a traer desde Europa casas prefabricadas y se estableció un código de colores para identificar los distintos edificios en función de su uso. Con el tiempo, el código de colores dejó de usarse, pero la costumbre de decorar las fachadas con llamativas pinturas se ha mantenido, facilitando su visión incluso cuando el blanco de la nieve y el hielo trata de ocultarlas la mayor parte del año.
Recorremos el pequeño muelle de pescadores, donde los pocos lugareños que hay por los alrededores se asoman a contemplar el majestuoso ms Rotterdam anclado al fondo de la bahía.
Lo primero que nos encontramos es la lonja o Mercado de Pescado (Brættet)
Custodiado por los pescadores, que parece que precisamente no se alegran de vernos, ya que no somos clientes potenciales para su mercancía, sino bulliciosos turistas que alteran la calma del pueblo .
No se muestran muy sociables…… no nos ven con el carrito de la compra y ya saben que en el barco tenemos buenas provisiones de pescado….
Y unas piezas como estas no nos aguantaran para la vuelta a casa, llevárnoslas de souvenir, no es buena idea
Bueno aunque no compremos pescado, un poco de animación al pueblo si que damos, que parece bastante triste …….
Habrá que buscar otros souvenirs.
La moneda oficial es la corona danesa (DKK) que se divide en 100 øre
Planing del día:
Los fiordos alrededor de la ciudad son destinos muy populares, con distintas travesías que se ofrecen en kayak para los más aventureros, y en pequeños barcos de pasajeros, se ofertan también en el puerto, excursiones hacia las ruinas de la iglesia en Hvalsey o las aguas termales en Uunartoq.
Nosotros optamos por quedarnos y descubrir con calma el pueblo y sus alrededores.
Empezamos nuestro recorrido dirigiéndonos a la Iglesia del Salvador o Frelserens Kirke.
Bonita iglesia luterana con la pequeña réplica al lado,
tan cuidada que nadie diría que se trata de la vieja iglesia consagrada en 1832, aunque desde entonces ha sido reconstruida varias veces.
En su interior se guarda la historia del que se ha llamado el Titanic de Groenlandia o el Titanic danés: M / S Hans Hedtoft
El barco mercante y de pasajeros danés más grande de Royal Greenland Trade (KGH), de 2.800 toneladas, botado el 17 de diciembre de 1958 y bautizado con el nombre del ex Primer Ministro Hans Hedtoft, comenzó su viaje inagural saliendo de Copenhague el 7 de enero de 1959 y completó el viaje a Qaqortoq en un tiempo récord. En su viaje de regreso, el 30 de enero de 1958 a las 13:56, la estación meteorológica en Prince Christian Sound detectó la señal de emergencia del barco, confirmando que chocó con un iceberg a 20 millas al sur de Cape Farvel (Cabo Farewel o Cabo del adiós o de la Despedida). En los días siguientes, barcos y aeronaves buscaron carga y sobrevivientes sin ningún resultado, los 95 ocupantes (40 tripulantes y 55 pasajeros) se dieron por desaparecidos. Meses después apareció un salvavidas en una costa islandesa, el único vestigio del M / S Hans Hedtoft encontrado hasta hoy y que se conserva actualmente en la iglesia del Salvador de Qaqortoq.
Con el cuerpo un poco encogido por esta trágica historia continuamos…intentando no pensar que aún nos esperan muchos icebers en este crucero, preciosos para verlos pero no para “ tocarlos»
.
Seguimos por la calle Stores|vej, enfrente de la Iglesia, al otro lado del arroyo
Muy cerca, en esta misma calle, hay un supermercado: Pisiffik, más “europeo” que las pequeñas tiendas locales que hemos visto por el pueblo, una opción si se necesita comprar alguna cosa.
Subimos la calle viendo las curiosas y coloristas casas encaramadas en las rocas
Hasta llegar al mirador desde Stores|vej sobre el lago Tasersuaq
Un buen rato disfrutando del paisaje
Regresamos al pueblo, desandamos el camino entre las vistosas casas
y algunas, aunque no lo parece, con su años a cuestas
Continuamos hacia la plaza del pueblo
En la plaza destaca la antigua fuente
Delimitando la plaza está una llamativa casa roja y verde (la casa de bomberos).
Con la estatua de Arnannguaq (“Dulce muchachita”) tributo a la primera mujer exploradora.
Otro de los edificios, que contrasta por su color negro, es una antigua casa colonial de 200 años de antigüedad, actualmente reconvertida en museo.
El museo de Qaqortoq, guarda la historia de sus antiguos pobladores y sus diversas culturas: los Saqqaq, los Dorset, los Vikingos, los Thule, incluso de la era colonial hasta la actualidad. Alberga una colección de tupilaks (talismanes) con extrañas formas. También una variedad de objetos típicos de la zona, como kayaks, arpones y ropa de los indígenas de Groenlandia. Una colección de fotografías permite a los visitantes ver cómo era la vida de la comunidad en el pasado y en el piso superior hay habitaciones restauradas donde algún personaje ilustre se hospedó en alguna ocasión.
Continuamos callejeando
Llegamos al punto más genuino y destacable de Qaqortoq: la exposición Stone & Man (Piedra y Hombre),
En 1993, la artista local, Aka Høegh nacida en 1947, puso en marcha un proyecto de escultura ambicioso para convertir la ciudad en una galería de arte permanente al aire libre, con la ayuda de más de una docena de artistas locales y de distintos países nórdicos. El resultado fue la exposición Stone & Man (Piedra y Hombre), cuarenta esculturas talladas de sorprendentes recreaciones de antiguas marcas tribales de peces y ballenas, caras, figuras … muchas de ellas esculpidas directamente en la roca, que se reparten por la ciudad.
La mayoría de las obras de Stone & Man están agrupadas detrás de la Oficina de Información turística, aunque hay más desperdigadas por el pueblo, para quien quiera descubrirlas en su totalidad se puede conseguir un plano en el Museo y en la Oficina de Información Turística (Greenland Sagalands en Vatikanbakken).
El camino lleva por detrás de la oficina de información turística y bajando nos esperan los inuit con un improvisado mercadillo.
¿Inuits o esquimales?: Esquimal es el nombre común usado para los distintos pueblos indígenas que habitan las regiones árticas de América del Norte, Groenlandia y parte de Siberia. La palabra esquimal significa comedor de carne cruda y es considerada despectiva en alguna zonas del Ártico, sobre todo en Canadá. Allí prefieren referirse a los pueblos aborígenes que llevan viviendo miles de años en el Ártico como inuits, que en su propio idioma significa “la gente”. En Groenlandia se usan indistintamente ambos términos.
Los esquimales tienen ciertas adaptaciones genéticas que los hacen más resistentes al frío: extremidades cortas que facilitan el riego sanguíneo para mantener los dedos más calientes; una menor superficie por unidad de peso (son bajos y robustos) supone menor pérdida del calor corporal.
Los puestecillos de artesanía local de los vendedores inuit atraen la atención de todos los visitantes.
La Oficina de Información Turística también tiene tienda de venta de numerosos souvenirs
Seguimos por la calle Vatikanbakken
Al final de la calle encontramos el animado bar Rockhouse
Torcemos a la derecha y seguimos subiendo,
Llegaremos a lo alto de la colina para tener las mejores vistas
Vemos el helipuerto con nuestro barco al fondo y otro crucero más pequeño de la compañía Oceania Cruises a su lado
El helipuerto de Qaqortoq opera durante todo el año, y lo une directamente con el aeropuerto de Narsarsuaq (59 km), siendo muy necesario sobre todo para transporte sanitario, ya que como ocurre con el resto de poblaciones de Groenlandia, en Qaqortoq no existe una red de carreteras como tal, generalmente son caminos de grava para trayectos no demasiado largos que no enlazan las ciudades entre si, solo posible con transporte marítimo o aéreo.
El paseo nos permite comprobar no solo la variedad de colores, sino también de diseño arquitectónico de Qaqortoq
¡¡¡ arte urbano groenlandés !!!
Cada vez más arriba, el camino nos permite ver las montañas del fiordo de Qaqortoq
Vemos nuestro gran ms Rotterdam al lado del Oceanía y algunos icebergs en la bahía
Arriba!!!!! Nuestra meta es llegar a lo más alto del pueblo para disfrutar plenamente de las vistas
De nuevo las insufribles moscas enanas , fastidiando como en Islandia !!!,
¿pero qué harán estos bichejos por aquí?
Continuamos ascendiendo, el paseo merece la pena !!!
Llegamos al punto geodésico identificado con la placa “Naleqaqaatit”
Desde aquí vemos a un lado, las impresionantes montañas del fiordo y un lago
En este áspero terreno, hay vida más allá de las numerosas moscas…, flores blancas silvestres ponen un poco de alegría a este solitario paraje
Con las impresionantes vistas sobre la bahía por el otro lado
Desde aquí arriba además, también podemos ver el campo de fútbol, un gran logro de Qaqortoq.
El entusiasmo por el fútbol no conoce límites geográficos y goza de una gran popularidad en todo el planeta y por supuesto incluida Groenlandia, pero a consecuencia de sus severas condiciones climáticas, este deporte sólo puede practicarse al aire libre aquí, desde finales de mayo hasta mediados de septiembre, y sólo era posible sobre campos de arena o de ceniza, porque la hierba no puede crecer. Pero por iniciativa de la Asociación Danesa de Fútbol (DBU) y con el respaldo financiero del Proyecto Goal de la FIFA, en septiembre de 2009 se construyó en Qaqortoq, el primer campo de hierba artificial de toda la isla.
Este campo es todo “un monumento” a los lemas “querer es poder” o el “que la sigue la consigue” y hoy en día los jóvenes disfrutan más y mejor del fútbol al aire libre en este recinto tan especial instalado en medio del pintoresco paisaje rocoso de Qaqortoq.
Después de un fantástico momento de descanso y relax admirando todo el entorno, comenzamos el descenso con calma, disfrutando de cada detalle.
Descubrimos curiosos adornos tradicionales en las casas con toques de modernidad
Y los gustos gastronómicos más actuales, que también llegan a estos lares con fusión de tradición y modernidad
Más toques de «arte urbano»en las fachadas de las casas
Llegamos al hotel Qaqortoq, el edificio más grande que vimos en el pueblo
Merece la pena un descanso contemplando las vistas desde su terraza
Llama la atención el cementerio en la falda de la colina con sus numerosas cruces blancas
Regresamos al puerto donde nos esperan los tenders para volver al barco
Desde el muelle vemos los barracones rojizos de la única curtiduría o peletería del Groenlandia, Great Greenland Furhouse (Havnevej, Qaqortoq 3920, Groenlandia).
Great Greenland A / S es 100% propiedad del gobierno autónomo de Groenlandia. La actual curtiduría local fundada en 1985, se ha centrado en la ropa hecha de la piel de focas, renos y bueyes almizcleros durante casi 40 años.
La compañía compra piel de foca de todo Groenlandia que después procesa transformándola en accesorios, calzado, ropa y otros productos hechos de pieles. Siguiendo los principios fundamentales de ser una actividad en armonía con la naturaleza groenlandesa, manteniendo la captura y producción sostenibles en beneficio de Groenlandia siguiendo la captura inuit aprobada por la UE y reconocida por WWF y Greenpeace tal y como reza en su web.
Great Greenland Furhouse es una de las principales empresas que da trabajo en Qaqortoq. Tiene una sala de venta donde los visitantes pueden ver y comprar un souvenir muy especial de piel de foca !!!
Últimas fotos al puerto
Y nos vamos hacia el ms Rotterdam que nos aguarda pacientemente
Ya en el barco, esperamos que suene la potente sirena del ms Rotterdam que anuncia la despedida de Qaqortoq.
Llegan los últimos tenders y se van izando para levar anclas en cuanto acabe la operación
Salimos por el el fiordo de Qaqortoq
Empezamos a pasar muy cerca de los impresionantes y temibles icebergs
Bellísimos paisajes desde cubierta que contemplamos durante un buen rato
Podría estar poniendo cientos de fotos…. cada cual más espectacular, muy difícil elegir una que realmente haga justicia y recoja la inmensidad del paisaje y de las emociones que despierta.
El barco continúa su rumbo y nosotros decidimos que un calentito y relajante baño en el jacuzzi no estaría nada mal, aunque nos cuesta dejar de contemplar las bellas imágenes de navegación.
Mientras nos ponemos el bañador vemos la posición del ms Rotterdam en la pantalla de Tv de nuestro camarote (esta genial que siempre que queramos podamos ver el punto de localización de nuestro barco, así siempre sabemos exactamente donde estamos).
El crucero sigue su ruta y nosotros descansamos en el jacuzzi y recordamos lo que más nos gustó del día.
Hasta la hora de arreglarse para disfrutar de una magnífica cena
Completamos la velada con un paseo por cubierta viendo la magnífica puesta de sol
Que seguimos contemplando desde nuestro camarote mientras lentamente avanzamos por el mar del Labrador.
Ahora toca dormir mientras el barco continúa su trayectoria, mañana será otro fantástico día para descubrir el pueblo de Narsaq y navegar por los fiordos del suroeste de Groenlandia.
Impresionantes paisajes los que nos esperan entre los glaciares, las montañas de los fiordos y el mar sembrado de témpanos de hielo !!!
Aun nos queda mucho por ver en Groenlandia !!!