Vuelo perfecto desde Santiago de Compostela hasta Amsterdam.
Primeras imágenes de tierra holandesa, preparando las cámaras de fotos para todo lo que van a trabajar :
Llegamos al aeropuerto de Amsterdam (Schipol) a las 9:40 a.m.
El aeropuerto Schiphol, está a 15 km al suroeste de la capital holandesa.
La mejor opción para llegar al centro es el tren, el trayecto dura unos 15-20 minutos. La línea principal de trenes que opera en Holanda es la NederlandseSpoorwegen (NS), que cubre el trayecto del aeropuerto de Schiphol a la Estación Central de Amsterdam.
Un ticket para un solo trayecto cuesta 4.20€.
Se pueden comprar los billetes en las máquinas amarillas del andén en Schiphol Plaza o en las oficinas de NS cerca del punto de encuentro (una estructura cúbica en Schiphol Plaza).
La estación de trenes está situada justo bajo de la terminal del aeropuerto y funciona las 24 horas, sobre los trayectos en tren puedes consultar en la web oficial de NS http://www.ns.nl/en
Una vez que llegas a la ciudad de Amsterdam, en la Estación Central de Trenes, te encuentras con la Oficina de Turismo, dónde te informan de todo lo que precises.
Espectacular edificio de la estación central:
Construida a finales del siglo XIX en estilo neorrenacentista, fue diseñada por Pierre Cuypers, el mismo arquitecto creador del Rijksmuseum (MUSEO NACIONAL) que visitaremos más tarde. Para su edificación fue necesario construir tres islas artificiales y utilizar más de ocho mil pilares de madera que sujetaran la estructura.
Desde aquí nos dirigimos al hotel dando un paseo para, sin dilaciones, empezar a descubrir Ámsterdam.
A escasos 5 minutos de la estación está la Torre Schreierstoren construida en 1482, la cual originalmente formaba parte de la muralla medieval que defendía a la ciudad de Amsterdam. Esta torre es conocida como “la Torre de lágrimas” porque desde aquí las mujeres lloraban a sus hombres que zarpaban en viajes de los que muchos ya no regresarían.
Actualmente alberga una cafetería (VOC Café Schreierstoren-Prins Hendrikkade 94-95), una buena opción para un almuerzo o por lo menos un café. En los meses de verano suele ampliar su terraza, tiene un embarcadero privado para que desde los barcos se pueda acceder fácilmente a las instalaciones y también tiene salones para celebración de bodas y eventos.
Seguimos nuestro paseo hacia el hotel
Pasamos por delante del antiguo Scheepvaarthuis (Prins Hendrikkade 108), un monumento ricamente decorado y ejemplo de la arquitectura de la Escuela de Ámsterdam, actualmente es el Grand Hotel Amrâth Amsterdam.
The Shipping House (en holandés: Scheepvaarthuis ) es uno de los considerados «100 mejores sitios del patrimonio arquitectónico holandés»y generalmente considerado como el primer verdadero ejemplo de la Escuela de Ámsterdam, estilo de arquitectura que floreció entre 1910 hasta alrededor de 1930 en los Países Bajos, caracterizado por la construcción en ladrillos con mampostería decorativa, vidrio de arte, herrería, agujas, escaleras, ventanas con barras horizontales, y escultura arquitectónica integrada con ornamentación espléndida. El espectacular edificio empezó a construirse en 1913 para ser la sede de las seis empresas navieras líderes en Amsterdam: la Compañía de buques de vapor de los países Bajos (SMN), la empresa Royal Packet Navigation(KPM), la línea Java-China-Japón (JCJL) y la empresa Royal Dutch Steamboat (KNSM) con filial New Rhine Navigation Company (NRM) y adquirida en 1912 Royal West India Mail Service (KWIM). Después de una importante renovación, el edificio se inauguró el 8 de junio de 2007 como un hotel de cinco estrellas.
En la misma acera, a pocos metros esta nuestro hotel: City Hotel Amsterdam (PrinsHendrikkade 130):
Hacemos el Chek-in:
Nuestra suite esta en el tejado!!!!
Realmente resultó más que sorprendente, incluido llegar hasta ella. El primer impacto es el pequeño ascensor para una persona y maleta o dos personas “delgaditas” apretadas, pero ya el asombro es mayúsculo cuando sales del ascensor y la flecha te señala que tienes que salir al tejado a «cielo abierto», y pasar por «un puentecillo» de madera, de dudosa resistencia a primera vista para llegar a una puerta destartalada tras la que se supone esta nuestra «suite doble», sobrepasando dicha puerta te encuentras otra a la izquierda de otra habitación y a la derecha escaleras para descenso de emergencia y de frente la puerta que da acceso a la primera habitación doble de la suite.
resulta una habitación puesta con gusto, con un moderno y minimalista baño, todo limpio y nuevo, pequeño escritorio, sobre el que hay una cafetera- hervidor de agua, infusiones, sobres de café y leche en polvo, no tiene minibar aunque esta el hueco bajo la mesa.
Desde este primer dormitorio, subiendo por unas escaleras bastante pronunciadas, está otra pequeña habitación doble, también correctamente decorada que resulta apropiada para nuestros ágiles hijos adolescentes pero no para personas mayores.
La ventana de la habitación principal da a un patio interior donde se pueden ver las curiosas terrazas de los vecinos.
Lo dicho, bien y cómoda nuestra suite como esperábamos, pero desde luego no esperábamos su «extratosférica» ubicación, increíble que el cliente tenga que subir el equipaje y pasar por escalones y las tablas de madera sobre las alturas al aire libre . Dado que a nuestros hijos hasta les resultó divertido e hicieron de porteadores de maletas, no hubo problema pero realmente aún estamos alucinados, «la aventura del recorrido de tejado» a precio de 320 euros por noche!!!!. parece un poco excesiva.
Está visto que lo nuestro es encontrar alojamientos pintorescos
Por otra parte el personal amable (una de las camareras hablaba un poco castellano), nos muestra el comedor para el desayuno, decorado con cuadros del ilustre morador de la casa y sus hazañas navales: el Almirante neerlandés Michiel de Ruyter, quien compró esta casa en 1655 y vivió en ella hasta su muerte en 1676.
Otro punto muy a tener en cuenta es la zona, tranquila, a poco más de diez minutos de la estación central como hemos comprobado, enfrente se extiende el gran canal de Oosterdok.
En el gran canal llama la atención, justo en frente del hotel, la gran pagoda China que es el Sea Palace Restaurant, y detrás la Biblioteca Pública de Ámsterdam
Dejamos las maletas en nuestras habitaciones y con muchas ganas nos disponemos a recorrer Ámsterdam: